La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) asegura que “el agua que comemos” a diario, a través de los alimentos que consumimos, es mucho más de la que bebemos, ya que, dependiendo de la dieta, se necesitan de 2 mil a 5 mil litros de agua para producir los alimentos que consume a diario una persona. (1)
En el artículo “Escasez de agua: Uno de los mayores retos de nuestro tiempo”, consultado por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), en el marco del Día Mundial del Agua, la FAO señala que: “el agua es esencial para la producción agrícola y la seguridad alimentaria. Es el elemento vital de los ecosistemas –incluidos los bosques, lagos y humedales-, de los que depende nuestra seguridad alimentaria y nutricional presente y futura”.
Asimismo, para el mejor funcionamiento de nuestro organismo y de casi todas nuestras actividades vitales requerimos del agua. De ahí la importancia de lo que subraya la FAO: los recursos de agua dulce en el mundo están disminuyendo a un ritmo preocupante.
Por ello, propone cuatro áreas en las que se debe trabajar para salvaguardar este recurso: agricultura, cambio climático, pérdida y desperdicio de alimentos y sistemas alimentarios.
Las distintas industrias de alimentos tanto agrícola, ganadera, así como la de procesados y ultraprocesados, están comprometidas y obligadas a realizar esfuerzos para ahorrar y usar de forma más eficiente este recurso.
En nuestro país, de acuerdo a un estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), existen cuatro grupos consumidores de las concesiones de agua: 1. sector agropecuario, en 2020 tuvo el 76% del total de agua concesionada para riego de cultivos y ganadería; 2. abastecimiento público, representa el 15% y se distribuye a través de las redes de agua potable a domicilios, industrias y a otros usuarios que estén conectados a dichas redes; 3. industria autoabastecida, 5% del total e incluye a las empresas que toman agua directamente de los ríos, arroyos, lagos y acuíferos del país, y 4. centrales termoeléctricas, que representan el 4% del agua concesionada. (2)
Actualmente, existen sistemas innovadores en materia de riego que a partir de la tecnificación permiten mejorar las condiciones agroecológicas e incrementan el ahorro del agua. (3)
De igual manera, empresas de alimentos y bebidas han implementado diferentes medidas para promover un mejor aprovechamiento y preservación del agua en zonas de mayor estrés hídrico en México, además de utilizar el agua tratada para riego de áreas verdes y lavado de vehículos; aumentar las plantas de tratamiento, así como los sistemas de captación de agua pluvial y llevar a cabo programas de reforestación de bosques. (4)
Para alcanzar la sostenibilidad en la materia, el Consejo Consultivo del Agua A.C. recomienda el trabajo en equipo entre individuos, empresas y organizaciones sociales, al tiempo que autoridades federales incorporen mejoras en la gestión de dicho recurso. (5).
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