La Razón.- En la primera aplicación del examen para cursar el nivel medio superior en alguno de los planteles del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se registraron fallas que complicaron la prueba, realizada de manera virtual, para decenas de jóvenes.
Este fin de semana arrancó la aplicación del nuevo método para conseguir un lugar para cursar el bachillerato, luego de la eliminación del examen Comipems que ahora fue sustituido por el Examen para la Comisión Metropolitana de Educación Media Superior (Ecoems), el cual únicamente fue presentado por quienes aspiran a un espacio en las casas de estudio mencionadas, debido a que para el resto de planteles se garantizó un lugar sin que las y los estudiantes aplicaran alguna prueba.
- 447 aspirantes registrados no ingresaron a la plataforma
El examen fue aplicado vía virtual, por medio de una plataforma desarrollada que requirió a los aspirantes la previa instalación de un navegador en específico, con capacidad para analizar el entorno del sitio en que los estudiantes presentaron la prueba, a fin de identificar ruidos, movimientos y demás elementos que llegaran a representar alguna sospecha de trampa.
Desde la convocatoria se advirtió a los aspirantes las acciones que los harían acreedores a la cancelación del examen de admisión como interactuar con otras personas que estuvieran presentes dentro del mismo espacio; también la interacción en redes sociales, la toma de capturas del contenido del examen, el uso de celulares, acordeones, tabletas u algún otro dispositivo.
Otro motivo de cancelación advertida fue algún mal posicionamiento de la cámara web, el bloqueo de esta o del micrófono de la computadora, el cubrirse el rostro o la cabeza.
“Si el aspirante comete alguna de estas faltas o conductas, se bloqueará la aplicación del examen, por lo que, en ninguno de estos casos, se reprogramará el mismo”, advertían las autoridades educativas.
En redes sociales, grupos de apoyo y entre comunidades estudiantiles bajo este contexto comenzaron a circular las quejas e inconformidades con este nuevo sistema que, a decir de algunos padres de familia y de los mismos estudiantes, complicó el hecho y causó más estrés que el examen por sí mismo.
Varios también manifestaron preocupación debido a las alertas que les aparecieron durante la prueba en la que se les advertía la detección de ruido en el entorno en que se encontraban, pero que en la realidad eran situaciones fuera de su alcance y control: ladridos de perros de vecinos, comerciantes rodantes que pasaban por las calles, o el ruido de vivir cerca de una vialidad con alta circulación.