Por Jorge Guerrero
En los artículos anteriores de la serie «Desde el cristal con que se mira», hemos explorado cómo la indiferencia y la inconsciencia pueden afectar nuestra salud. Hoy, abordaremos el tema desde una perspectiva temporal: ¿Qué ocurre con nuestra salud cuando, debido a lo vivido, tenemos más pasado que futuro? En otras palabras, cuando hemos superado la mitad de la expectativa de vida habitual para el ser humano.
Entrar en la quinta década de vida implica una serie de reflexiones y ajustes en nuestras expectativas y hábitos, tanto en lo personal como en lo relacionado con nuestra salud. Es un momento en el que, al mirar hacia atrás, podemos ver un camino largo y lleno de experiencias, aprendizajes y transformaciones. Sin embargo, al mirar hacia adelante, la perspectiva puede ser distinta y puede influir significativamente en nuestra salud mental y física.
Aceptar que estamos envejeciendo es fundamental para mantener una buena salud mental. Negar el envejecimiento puede llevar a comportamientos poco saludables, como la obsesión con mantener una apariencia joven o la resistencia a cambios naturales del cuerpo.
Es crucial enfocarse en la prevención de enfermedades. A esta edad, las revisiones médicasregulares, una dieta equilibrada y la actividad física adaptada a nuestras capacidades son esenciales para mantenernos saludables. Además, es importante estar atentos a señales tempranas de enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares.
La salud mental toma un papel protagonista en esta etapa de la vida. A menudo, las personas pueden experimentar sentimientos de pérdida, ya sea de seres queridos, de oportunidades no aprovechadas, o de la juventud. Es vital reconocer estos sentimientos y buscar apoyo si es necesario, ya sea a través de terapia, grupos de apoyo, o simplemente manteniendo conexiones sociales fuertes.
Este es un momento ideal para enfocarse en lo que realmente importa, en lo que nos trae felicidad y satisfacción. A través de hobbies, proyectos personales, o voluntariado, encontrar un propósito puede mejorar nuestra salud y bienestar general.
A medida que acumulamos años, también acumulamos sabiduría. Aprovechar esta sabiduría puede ayudarnos a tomar decisiones más informadas y a enfrentar los desafíos con mayor resiliencia. Compartir nuestras experiencias y conocimientos con las generaciones más jóvenes puede ser una fuente de satisfacción y un medio para mantenernos activos y comprometidos.
Aunque el camino recorrido puede ser mayor que el que nos queda por andar, esto no disminuye la importancia de los años venideros. Al contrario, con la experiencia y la sabiduría acumuladas, podemos hacer de estos años una etapa de plenitud y bienestar.
La perspectiva del tiempo puede ser un aliado poderoso si sabemos cómo manejarlo y aprovecharlo para mejorar nuestra calidad de vida. Sin embargo, en la salud y la enfermedad, como en todo, como bien dijo Ramón de Campoamor: «Nada es verdad, nada es mentira, todo es según el cristal con que se mira».
Síguenos en
Twitter: @online_analisis
Instagram: analisisnoticiasonline
Threads: @analisisnoticiasonline.
Facebook: AnalisisNoticiasOnline