Por Jorge Guerrero
En el contexto de nuestra serie de colaboraciones sobre el proceso Salud-Enfermedad y la importancia de prevenir enfermedades y generar salud, surge una pregunta fundamental: ¿Cuánto vive el ser humano?
La expectativa de vida, un concepto en constante evolución refleja la cantidad de años que se espera que una persona viva en promedio desde su nacimiento, en condiciones de vida específicas. Este indicador, ha experimentado un aumento significativo gracias a los avances en medicina, nutrición, saneamiento, educación y en la atención de las enfermedades transmisibles y de las prevenibles con vacunación.
Según la División de Población de las Naciones Unidas, la esperanza de vida mundial al nacer aumentó de 46,5 años en 1950 a 71,7 años en 2022 y se espera que ascienda a 77,3 para 2050. En México, la expectativa de vida al nacer es de 75,3 años en promedio, reconociendo su disminución, según datos del INEGI.
Ahora es claro que existen factores que influyen en la esperanza de vida humana: biológicos como el sexo, la genética y la predisposición a enfermedades; socioeconómicos como el nivel de ingresos, la educación y el acceso a atención médica; ambientales como la contaminación,calidad del aire y del agua, el acceso a alimentos saludables; el estilo de vida, que incluye hábitos como fumar, beber alcohol, realizar actividad física y tener una dieta saludable.
Particularmente en México, quien lidera en el mundo con un porcentaje muy alto de sobrepeso y obesidad y de padecer por consecuencia enfermedades no transmisibles como la diabetes mellitus, la hipertensión arterial y las enfermedades metabólicas, nos deben hacer reflexionar a todos sobre las expectativas presentes y futuras, tanto a nivel individual como en los sistemas de salud.
Por otro lado, el panorama de la esperanza de vida ha sido alterado significativamente por la aparición de enfermedades emergentes como la COVID-19. Este virus cambió drásticamenteel panorama de la salud en todo el mundo, afectando no solo la esperanza de vida, sino también los sistemas de salud y la forma en que vivimos y nos relacionamos. La pandemia ha puesto de manifiesto la importancia de fortalecer los sistemas de salud, mejorar el acceso a los servicios de salud y promover un estilo de vida saludable para garantizar la salud y el bienestar de las personas actualmente y con una visión de futuro.
Para terminar, el ser humano vive lo que las condiciones individuales y colectivas permiten, reconociendo la corresponsabilidad individual pero también el impacto de las políticas de salud en cada uno de los países del planeta.
Por lo anterior, el tener o no salud, tener una esperanza de vida y de cuánto vivimos depende en gran parte de qué hacemos, qué no hacemos y cómo enfrentamos todas las condiciones de vida. Sin embargo, en la salud y en la enfermedad, como en todo, como dijo Ramón de Campoamor: “Nada es verdad, nada es mentira, todo es de acuerdo al cristal con que se mira”.
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