• 2 de febrero de 2025 12:02

Desde el Cristal con que se Mira… El camino hacia los hábitos saludables: ¿Por qué toma 66 días?

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En mi colaboración anterior mencioné que formar un hábito saludable toma, en promedio, 66 días. Este dato no es casual, sino el resultado de un estudio científico realizado por Philippa Lally y su equipo en el University College London, publicado en el European Journal of Social Psychology.

El estudio de Lally analizó a 96 participantes que intentaron incorporar un nuevo hábito en su vida cotidiana. Estos hábitos iban desde beber un vaso de agua al despertar hasta realizar 50 abdominales diarios. El objetivo era medir cuánto tiempo tardaba cada persona en automatizar esa acción, es decir, en hacerla sin esfuerzo consciente.

Los resultados mostraron que, en promedio, se necesitan 66 días para que una acción se convierta en un hábito. Sin embargo, el rango fue amplio: algunos hábitos simples se consolidaron en tan solo 18 días, mientras que otros más complejos necesitaron hasta 254 días.

¿Por qué toma tanto tiempo? La formación de un hábito está relacionada con un proceso llamado automatización del comportamiento. Este ocurre en tres etapas principales:

La señal: Un estímulo que activa la acción. Por ejemplo, sentir hambre puede ser la señal para tomar un snack saludable.

La rutina: El comportamiento en sí mismo. En este caso, elegir la fruta en lugar de la comida chatarra.

La recompensa: La satisfacción o beneficio que obtienes, como sentirte ligero y saludable.

Conforme repetimos esta secuencia, nuestro cerebro reduce el esfuerzo consciente necesario para realizar la acción. Básicamente, el hábito se instala en nuestro sistema neuronal, convirtiéndose en parte de nuestra rutina diaria.

El tiempo que toma formar un hábito depende de varios factores:

Complejidad del hábito: Acciones simples, como beber agua, se automatizan más rápido que actividades que requieren más esfuerzo, como hacer ejercicio diariamente.

Consistencia: La repetición diaria es clave. Si pierdes uno o dos días, no significa que todo esté perdido, pero la constancia acelera el proceso.

Motivación personal: Las personas que están genuinamente comprometidas con un cambio logran automatizar sus hábitos más rápido.

¿Qué podemos aprender de este estudio?

La paciencia es clave: Formar un hábito no es cuestión de días, pero tampoco de años. Si eres constante, en poco más de dos meses podrás incorporar nuevos hábitos en tu vida cotidiana.

No todo está perdido si fallas: Perder uno o dos días no afecta significativamente el proceso, siempre que retomes el esfuerzo lo antes posible.

Los pequeños cambios cuentan: Comenzar con hábitos simples puede darte la motivación para avanzar hacia cambios más significativos.

El camino no es rápido ni fácil, pero, como demuestra este estudio, es absolutamente posible con compromiso y constancia. La próxima vez que decidas implementar un hábito, recuerda: cada repetición cuenta, y el esfuerzo de hoy construye la vida que deseas mañana.

Sin embargo como bien dijo Ramón de Campoamor: “En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira; todo es según el color del cristal con que se mira”.

AGENCIAS / REDACCIÓN

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