• 21 de noviembre de 2024 15:13

Desde el cristal con que se mira… ´El sentimiento del enojo opaca la luz de la razón; ¿cómo afecta la ira y el enojo la conducta y la salud?

ByREDACCIÓN

Jul 14, 2024 #SALUD MENTAL
Noticias de Actualidad de México y el Mundo -
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Por Jorge Guerrero

La sabiduría popular está llena de dichos que reflejan la importancia de manejar estas emociones. “Contar hasta diez” antes de reaccionar, “en boca cerrada no entran moscas” y “más vale maña que fuerza” son consejos que nos recuerdan la importancia de la paciencia y la reflexión.

El enojo es una emoción común en la vida humana, pero cuando no se controla, puede convertirse en ira y causar estragos en nuestra conducta y salud. Como bien dice el dicho, “el que se enoja, pierde”. Esta afirmación popular no solo refleja sabiduría cotidiana, sino también verdades respaldadas por la ciencia.

El enojo es una emoción que varía en intensidad, desde una ligera irritación hasta una furia intensa. Cuando esta emoción se intensifica y se convierte en ira, puede resultar en comportamientos agresivos y destructivos. La molestia, por otro lado, es una irritación de menor intensidad, pero puede ser el primer paso hacia el enojo si no se maneja adecuadamente.

La ira y el enojo pueden nublar nuestro juicio, llevándonos a tomar decisiones impulsivas y, a menudo, equivocadas. “La ira es mala consejera”, dice otro refrán. La agresividad, tanto verbal como física, es una manifestación común de estas emociones descontroladas.

La salud física y mental también sufre las consecuencias de la ira y el enojo crónicos. Estas emociones pueden desencadenar la liberación de hormonas del estrés como el cortisol y la adrenalina, preparando al cuerpo para una “lucha o huida”. Sin embargo, la exposición prolongada a estas hormonas puede tener efectos devastadores: la ira crónica está asociada con un mayor riesgo de hipertensión, ataques cardíacos y otros problemas cardiovasculares. Las emociones negativas también pueden contribuir a problemas gastrointestinales, como el síndrome del intestino irritable. La ira y el enojo crónicos pueden llevar a trastornos de salud mental como la depresión y la ansiedad.

Controlar estas emociones es crucial para mantener la salud y el bienestar. La meditación, la respiración profunda y el yoga pueden ayudar a reducir los niveles de estrés. Hacer ejercicio físico libera endorfinas, mejorando el estado de ánimo y reduciendo el estrés.

Es igualmente importante evitar situaciones y comportamientos que pueden desencadenar estas emociones. Aquí algunas recomendaciones: siempre que sea posible, evitar personas o situaciones que provocan ira. Practicar la empatía y ver las cosas desde la perspectiva de los demás puede ayudar a reducir la irritación. Ser consciente de los propios desencadenantes emocionales y aprender a anticiparlos puede prevenir brotes de ira. Mantener un estilo de vida saludable, incluyendo una buena alimentación, sueño adecuado y tiempo para actividades placenteras, puede reducir la susceptibilidad a la ira y el enojo.

Sin embargo, en la salud y la enfermedad, como en todo, como bien dijo Ramón de Campoamor, «Nada es verdad, nada es mentira, todo es según el cristal con que se mira».

REDACCIÓN

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