• 19 de abril de 2025 06:55

Desde el Cristal con que se Mira… El sueño perdido: ¿estás sacrificando tu salud por estar despierto?

ByREDACCIÓN

Feb 23, 2025 #SALUD
Noticias de Actualidad de México y el Mundo -

En seguimiento a los artículos previos sobre hábitos relacionados con la salud, hoy abordaremos una condición natural que todos practicamos diariamente: el sueño.

En una sociedad que glorifica la productividad, el descanso suele verse como un lujo en lugar de una necesidad. Sin embargo, dormir bien es fundamental para la salud física, mental y emocional. Más que una simple pausa en la actividad diaria, el sueño es un proceso biológico esencial que permite la regeneración del cuerpo y la consolidación de la memoria, impactando directamente en la calidad de vida.

Beneficios del sueño reparador: Dormir bien fortalece el sistema inmunológico, ya que durante el descanso se producen citoquinas, proteínas que combaten infecciones y reducen inflamaciones. Además, el sueño regula las emociones y disminuye el riesgo de ansiedad y depresión, permitiendo que el cerebro procese experiencias y estabilice el estado de ánimo.

El rendimiento cognitivo también se ve beneficiado. Un descanso adecuado mejora la memoria, la concentración y la capacidad de aprendizaje, especialmente en niños y adolescentes en crecimiento. Asimismo, el sueño influye en el peso corporal, ya que su falta altera las hormonas que regulan el apetito, aumentando el deseo por alimentos poco saludables.

A nivel cardiovascular, dormir bien ayuda a reducir la presión arterial y el riesgo de enfermedades del corazón. Además, el sueño profundo es el momento en que el cuerpo se repara a sí mismo, regenerando tejidos, fortaleciendo músculos y preparando el organismo para un nuevo día.

Las consecuencias de dormir mal: Por el contrario, la privación del sueño está relacionada con obesidad, diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares. También afecta el estado de ánimo, la concentración y la capacidad de respuesta, incrementando el riesgo de accidentes y errores en la vida diaria. Sin embargo, no solo importa la cantidad de horas dormidas, sino también la calidad del descanso. Un sueño interrumpido o superficial puede ser tan perjudicial como dormir poco.

Cómo mejorar el descanso: Para lograr un sueño reparador, es clave establecer horarios regulares, acostándose y despertándose a la misma hora todos los días. Un ambiente adecuado también marca la diferencia: la habitación debe ser oscura, fresca y silenciosa, con un colchón y almohadas cómodos.

Reducir el uso de pantallas antes de dormir es fundamental, ya que la luz azul de los dispositivos electrónicos inhibe la producción de melatonina, la hormona del sueño. También es recomendable evitar el consumo de cafeína, alcohol y comidas pesadas por la noche, así como realizar actividad física con regularidad, aunque no justo antes de acostarse. Técnicas de relajación como la meditación, la respiración profunda o la lectura pueden facilitar la conciliación del sueño.

El sueño como inversión en salud: Dormir bien no es perder tiempo, sino invertir en bienestar. Un descanso adecuado mejora la calidad de vida, reduce el riesgo de enfermedades y aumenta la productividad. Priorizar el sueño es un acto de autocuidado que permite vivir más y mejor.

Sin embargo, como bien dijo Ramón de Campoamor: “Nada es verdad, nada es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”.

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