Por Jorge Guerrero
En el artículo anterior exploramos el impacto del cambio climático en la salud humana. En esta ocasión, profundizaremos en el tema del agua y su papel indispensable en la vida en nuestro planeta.
La Tierra, hasta donde sabemos, es el único lugar en el universo donde la vida se ha desarrollado. Esto se debe a una combinación única de características, siendo la presencia de agua líquida una de las más cruciales. Junto con una atmósfera adecuada que contiene oxígeno y otros gases esenciales, y una temperatura moderada que permite la existencia de agua en estado líquido, nuestro planeta es un refugio para una amplia variedad de seres vivos.
El agua se ha ganado el apodo de «líquido vital» por una buena razón: más del 60% de nuestro cuerpo está compuesto por agua. Es esencial para mantenernos vivos, desempeñando un papel fundamental en el equilibrio de líquidos del cuerpo, la función celular, la digestión y absorción de nutrientes, la salud de los órganos y la función cerebral. De hecho, la deshidratación puede llevar rápidamente a problemas de salud graves e incluso la muerte.
En el pasado, las enfermedades gastrointestinales transmitidas por el agua eran una de las principales causas de mortalidad infantil.
Por lo tanto, es esencial que tomemos conciencia de la importancia del agua y de la necesidad de cuidar este recurso vital. Cuidar el agua implica utilizarla de manera responsable en nuestra vida diaria, pero también implica proteger las fuentes de agua y prevenir la contaminación y el desperdicio.
Imaginemos un mundo sin agua. La vida tal como la conocemos simplemente no sería posible. Sin acceso a agua potable, la salud humana se vería gravemente afectada, y la falta de agua para la agricultura llevaría a la escasez de alimentos y la inseguridad alimentaria
Es crucial que los gobiernos asuman un papel activo en garantizar el acceso al agua y al agua potable para todos sus ciudadanos. Esto implica invertir en infraestructuras de agua seguras y confiables, así como en programas de tratamiento y purificación del agua. Además, los gobiernos deben implementar políticas y regulaciones efectivas para proteger las fuentes de agua, prevenir la contaminación y promover prácticas de uso responsable del agua. Garantizar el acceso equitativo al agua es no solo un imperativo moral, sino también una necesidad para promover la salud pública, la seguridad alimentaria y la estabilidad social.
Por lo tanto, es imperativo que reconozcamos el valor del agua y trabajemos juntos para proteger y preservar este recurso esencial para la vida. Hagamos todo lo posible para asegurar que el agua siga fluyendo, no solo para nuestro beneficio, sino para el bienestar de todo el planeta.
Sin embargo, en la salud y en la enfermedad, como en todo, como bien dijo Ramón de Campoamor: “Nada es verdad, nada es mentira, todo es de acuerdo al cristal con que se mira”.
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