Por Jorge Guerrero
Dentro del contexto de los artículos anteriores respecto a los Derechos de los Pacientes, del personal de salud, de recibir atención médica con seguridad y de recibir un tratamiento adecuado a las características del paciente, resulta mandatorio el tener acceso a los servicios de salud y recibir atención por profesionales de la salud como un derecho fundamental que trasciende las fronteras y se erige como un pilar esencial en la construcción de sociedades saludables. En este artículo, exploraremos la importancia de considerar el acceso a la salud como un derecho humano universal, un anhelo perseguido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y una prioridad que debe abrazar toda la sociedad.
En el tapiz de los derechos humanos, el derecho a la salud se presenta como un hilo vital que teje el bienestar colectivo. La atención médica no debería ser un privilegio, sino una garantía accesible para todos, independientemente de su origen, estatus social o geografía. Esta premisa es la piedra angular que sostiene la visión de un mundo donde la salud es un bien compartido.
La OMS, en su incansable búsqueda de mejores estándares de salud global, ha delineado el acceso equitativo a los servicios de salud como un objetivo prioritario. Reconoce que la salud no conoce barreras políticas ni fronteras económicas y aboga por un enfoque integral que garantice que cada individuo, en cualquier rincón del planeta, pueda recibir la atención que merece.
Este anhelo de acceso universal va más allá de la atención médica curativa. Implica también la prevención, la promoción de la salud y la construcción de sistemas sólidos que sostengan la atención a largo plazo. La salud no solo es la ausencia de enfermedad; es la posibilidad de vivir una vida plena y activa, libre de barreras que limiten el acceso a servicios esenciales.
La visión de servicios de salud accesibles para todos requiere una participación activa de la sociedad en su conjunto. Desde los líderes gubernamentales que diseñan políticas de salud hasta los profesionales médicos que prestan atención directa, cada actor desempeña un papel vital en esta empresa colectiva. La conciencia de que el acceso a la salud es un derecho inalienable fortalece los cimientos de una sociedad comprometida con el bienestar común.
En resumen, la importancia de tener acceso a los servicios de salud va más allá de la consulta médica ocasional; es la esencia misma de un mundo donde la salud es un derecho humano universal. A medida que avanzamos en este siglo, abracemos la visión de la OMS, trabajemos hacia sistemas de salud equitativos y recordemos que, en la salud, como en todo «Nada es verdad, nada es mentira, todo es de acuerdo al color con el cristal con que se mira«.
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