• 28 de junio de 2024 19:52

Desde el Cristal con que se mira… ´La Necedad y la Visceralidad: Impacto en la conducta y la salud del ser humano´

ByREDACCIÓN

Jun 23, 2024 #SALUD MENTAL
Noticias de Actualidad de México y el Mundo -
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Por Jorge Guerrero

En nuestras colaboraciones anteriores, hemos explorado cómo diversas condiciones afectan la salud del ser humano. Hoy, abordaremos dos rasgos de personalidad que, lamentablemente, han cobrado relevancia en nuestro día a día: la necedad y la visceralidad. ¿Qué son, cómo se manifiestan en la vida diaria y cuáles son sus consecuencias para nuestra salud?

La necedad se refiere a la obstinación en mantener una opinión o un curso de acción, incluso frente a argumentos racionales o evidencia en contra. La visceralidad, por su parte, implica reacciones impulsivas y emocionalmente intensas, muchas veces sin consideración de las consecuencias a largo plazo.

Estos comportamientos generan una constante tensión tanto en el ámbito personal como en el profesional. Quienes se comportan de esta manera suelen experimentar altos niveles de estrés y ansiedad, pues constantemente se encuentran en estados de confrontación o defensa de sus posturas, muchas veces culpando a otros por situaciones de su propia responsabilidad y rechazando cualquier argumento que contradiga sus creencias. Como enseñaba Epicteto, «Acusar a los demás de nuestras propias desgracias es consecuencia de nuestra ignorancia; acusarse a sí mismo es comenzar a entenderse, no acusar ni a otros ni a sí, esa es la verdadera sabiduría«.

Esta situación impacta la salud de múltiples maneras. El estrés crónico derivado de la necedad y la visceralidad puede aumentar el riesgo de desarrollar hipertensión, enfermedades cardiovasculares y diabetes. Además, el estado constante de alerta y la ansiedad pueden provocar trastornos del sueño, reduciendo la calidad del descanso y afectando negativamente el rendimiento diario.

En el ámbito emocional y psicológico, la falta de flexibilidad y la tendencia a reaccionar de forma desmedida pueden llevar a problemas como depresión, baja autoestima y una profunda sensación de desesperanza. Estas condiciones afectan no solo el bienestar emocional del individuo, sino que también deterioran sus relaciones personales, familiares y laborales, creando un ciclo vicioso difícil de romper.

Además, estos comportamientos pueden limitar el acceso a cuidados de salud adecuados. La necedad puede hacer que una persona evite buscar ayuda profesional o seguir consejos médicos, mientras que la visceralidad puede llevar a decisiones de salud precipitadas y mal informadas.

En este contexto, es crucial fomentar un ambiente de apertura y diálogo. La educación y la promoción de habilidades de comunicación efectiva pueden ayudar a las personas a gestionar mejor sus impulsos y a considerar perspectivas ajenas. Además, es vital promover ambientes de trabajo y sociales que apoyen la salud mental y fomenten relaciones más saludables y respetuosas.

Como en tantos otros aspectos, la manera en que percibimos y gestionamos estas tendencias puede determinar en gran medida su impacto en nuestra vida, recordándonos siempre que, como decía Ramón de Campoamor, «Nada es verdad, nada es mentira, todo es según el cristal con que se mira«.

REDACCIÓN

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