• 4 de octubre de 2024 18:48

Desde el cristal con que se mira… ´La Procrastinación y su Impacto en la Conducta y la Salud´

ByREDACCIÓN

Jul 7, 2024 #SALUD MENTAL
Noticias de Actualidad de México y el Mundo -
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Por Jorge Guerrero

La procrastinación, ese hábito de postergar tareas, es una conducta tan antigua como la humanidad misma, pero sus implicaciones en la salud y la conducta han captado la atención de investigadores y psicólogos especialmente en las últimas décadas. ¿Por qué procrastinamos y cuáles son las consecuencias de esta tendencia?

Procrastinar es retrasar o posponer tareas que deben completarse, a menudo optando por actividades más placenteras o menos desafiantes. Esta conducta no solo afecta el cumplimiento de responsabilidades, sino que también puede tener serias repercusiones en el bienestar emocional y físico. «Procrastinación» proviene del latín «procrastinatus», que combina «pro-» (hacia adelante) y «crastinus» (del mañana). Aunque el acto de procrastinar es ancestral, la palabra comenzó a ser utilizada más comúnmente en la literatura y estudios psicológicos desde el siglo XVI.

La procrastinación impacta la conducta de diversas maneras. Primero, genera un círculo vicioso de estrés y ansiedad al retrasar tareas importantes. A medida que se acercan los plazos, la presión aumenta, exacerbando estos sentimientos negativos. Segundo, la procrastinación frecuente puede llevar a un rendimiento deficiente, ya que las tareas se realizan apresuradamente y con menor calidad. Esto puede resultar en oportunidades perdidas y un menor progreso profesional. Tercero, la percepción de falta de compromiso o responsabilidad puede dañar las relaciones personales y laborales, ya que otros pueden ver la procrastinación como una falta de fiabilidad.

El impacto en la salud también es claro, el estrés crónico asociado con la procrastinación puede causar problemas físicos como insomnio, dolores de cabeza y problemas digestivos. Además, los sentimientos de culpa y vergüenza por no cumplir con las responsabilidades pueden disminuir la autoestima y la estabilidad mental.

Afortunadamente, existen estrategias para evitar la procrastinación. Dividir las tareas grandes en partes más pequeñas y manejables puede hacer que las tareas parezcan menos abrumadoras. Técnicas como la Técnica Pomodoro, que alterna períodos de trabajo con descansos, pueden ser muy efectivas. Crear un entorno de trabajo libre de distractores es crucial para mantener la concentración. Establecer una rutina diaria ayuda a incorporar hábitos de trabajo consistentes. Compartir metas con amigos o colegas puede aumentar la responsabilidad y la motivación.

Existen también técnicas psicológicas para identificar y desafiar pensamientos negativos y sustituirlos por afirmaciones más constructivas es una técnica conocida como reestructuración cognitiva. Además, recompensarse después de completar tareas puede aumentar la motivación intrínseca.

Como conclusión la procrastinación es una conducta común que puede tener implicaciones significativas para la salud mental y física, así como para el rendimiento académico y profesional. Sin embargo, mediante la implementación de estrategias de gestión del tiempo, establecimiento de metas claras y técnicas psicológicas, es posible minimizar su impacto negativo y mejorar la productividad y el bienestar general. Sin embargo, en la salud y la enfermedad, como en todo, como bien dijo Ramón de Campoamor, «Nada es verdad, nada es mentira, todo es según el cristal con que se mira«.

REDACCIÓN

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