Por Ricardo Burgos
La semana pasada tomé el Metro en la estación División del Norte de la Línea 3. Era sábado y no había tantos pasajeros como entre semana, aunque normalmente ahí la afluencia es tranquila con respecto a Zapata o Centro Médico, por ejemplo.
Siempre que pasó por División del Norte no puedo dejar de recordar el karaoke que entretenía a la gente y del cual les he contado algunas ocasiones. Ahí se reunían grupos de personas para “echarse un palomazo”, algunos con excelente voz. Ahora en el lugar sólo quedó el pedestal, sin micrófono, porque las autoridades del Sistema de Transporte Colectivo decidieron cancelarlo durante la pandemia en 2020.
La estación está dedicada la Sociedad de Autores y Compositores de México. Sigue infinidad de fotos de compositores e intérpretes famosos, que vale la pena visitar, aunque ya no esté funcionando el karaoke.
Observé que también hay una muestra temporal de fotos y vestuario de cantantes que destacaron en la famosa Plaza Garibaldi en el centro de la Ciudad de México. En la exposición nos dan una embarrada de la historia de ese lugar y de cómo se convirtió de alguna manera en el símbolo del mariachi desde 1920.
Con gráficas y textos narran la historia de la familia Marmolejo, principalmente de Cirilo Marmolejo, que fue el primer músico de este género que grabó y tuvo una gira en Estados Unidos y que se presentó por primera vez en Garibaldi que en la actualidad representa una parte relevante en la historia de la música folklórica mexicana.
Mientras veía la pequeña muestra instalada en uno de los pasillos de la estación, recordé que la Plaza Garibaldi fue nombrada así en 1921 en honor de José Garibaldi, un militar italiano quien participó en la Revolución Mexicana con los maderistas. En la época colonial se llamada Plazuela de Jardín y luego El Baratillo porque ahí podrías encontrar toda clase de mercancía.
Desde 1920 empezaron a llegar grupos de mariachis hasta la fecha y es clásico que si muchos capitalinos trasnochados lleguen ahí para disfrutar de la auténtica música mexicana. Por supuesto, además de la explanada, hay sitios icónicos que no se puede dejar de visitar ahora como el Restaurant El Tenampa y el Museo del Tequila y el Mezcal. Por supuesto, también está la calle de Honduras donde están diez esculturas de renombrados autores e interpretes como Pedro Infante, José Alfredo Jiménez, Lola Beltrán y Cirilo Marmolejo.
Cuando ya iba en el vagón del Metro hacia Balderas, pensaba que hace más de tres años que no voy a Garibaldi. Ya se me antojó volver a ir.
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