CDMX.-Joaquín Sabina inició su gira “Hola y adiós” en la Ciudad de México y Guadalajara, con seis fechas en el Auditorio Nacional, los días 27 y 29 de enero, y 1, 4, 10 y 12 de febrero; y una séptima el 7 de febrero en el Auditorio Telmex de Guadalajara, Jalisco.
Es el inicio del adiós en un foro que siempre lo ha arropado, solo y cuando hacía sus giras con Joan Manuel Serrat. Tan sólo en la Ciudad de México cantará para 60 mil personas, pues en todas las fechas colgó el letrero de agotado.
Joaquín Sabina se quitó el sombrero ante las 10 mil personas que llenaron el Auditorio Nacional este 27 de enero, despidiéndose con una reverencia tras salir del escenario en la primera noche de su gira Hola y Adiós.
El concierto comenzó a las 8:45 con un video que introdujo «El último vals». En la pantalla, el español aparece en una cantina, donde poco a poco llegan sus amigos para acompañarlo en una mesa. En las imágenes se ve que llegan grandes músicos que lo han acompañado a lo largo de su carrera como Joan Manuel Serrat, Ricardo Darín, José Tomás, Andrés Calamaro, Luis García Montero, Benjamín Prado y Leiva, quienes aparecen en el videoclip oficial de esta canción, lanzada hace apenas tres meses.
El espectáculo arrancó con «Dónde habita el olvido», una canción que marcó el inicio de una velada llena de canciones clásicas pero también de nostalgia y romanticismo.
“Que el olor a despedida no tenga sabor amargo; por eso, les pido que me ayuden a hacer de esta noche un juego, un gozo. Que no existan callejones sin salida y que el verso sea una fiesta. Podemos estar juntos ahora que el desamparo no nos sorprenda con prisas. Que nos encuentre cantando La Aurora. Al fin y al cabo, tantas emociones compartidas merecen unas risas; para eso se inventaron las canciones. Buenas noches, México”, dijo Sabina al terminar la canción.
La noche continuó con canciones emblemáticas como Lo niego todo, Ahora y Mentiras piadosas. Desde sus asientos, los asistentes le gritaban que “no” cada vez que mencionaba su retiro de los escenarios. Los sombreros, una de las señas distintivas de Sabina, se multiplicaban por todo el recinto, mientras familias y parejas sin importar que fuera lunes, estaban ahí para disfrutar una última vez del cantautor español.
“Uno vive tantos años, hace tantas giras y regresa tantas veces a los mismos lugares que el corazón elige sus propios destinos. México, un país increíble y hospitalario, ocupa un lugar muy especial. Aquí he hecho grandes amigos, que no solo son maravillosos, sino también extraordinarios escritores. Por eso, quiero dedicar esta canción, Ángeles Mastreta, a todos ellos”, dijo antes de interpretar 19 días y 500 noches, uno de los momentos más coreados de la velada.
Sabina recordó que México fue el primer país de América que visitó y que le abrió las puertas al resto del continente.