La Era de la Broligarquía: La Redefinición del Poder Global: Por Gonzalo Manrique
El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos no solo representa un cambio en el liderazgo político, sino el ascenso de una nueva élite poderosa: los broligarchs. Este término, que combina “bro” y “oligarca”, describe a los multimillonarios tecnológicos y financieros que han logrado acumular una influencia política sin precedentes, rediseñando las reglas del juego en la democracia.
Elon Musk es el ejemplo perfecto. No solo es el hombre más rico del mundo, sino también un actor político clave. Durante la campaña de Trump, Musk donó $260 millones y ahora juega un papel importante en negociaciones internacionales, reuniéndose con líderes como Vladimir Putin y Volodymyr Zelensky. Además, su apoyo a figuras clave en el gabinete de Trump, como Howard Lutnick para el Tesoro, muestra su interés en moldear directamente las decisiones del gobierno.
Pero Musk no está solo. Peter Thiel, cofundador de PayPal, y otros millonarios como Marc Andreessen han invertido grandes sumas de dinero para asegurar su influencia en la política. Lo que los diferencia de otros ricos poderosos es que controlan tecnologías que afectan cada aspecto de nuestras vidas: redes sociales, inteligencia artificial y plataformas de pago. Estas herramientas no solo generan dinero, sino que les dan acceso directo a nuestras decisiones, nuestras conversaciones y, en muchos casos, nuestras opiniones.
El regreso de Trump es una oportunidad perfecta para que esta nueva élite consolide su poder. En un momento en que la gente está cada vez más frustrada con los partidos tradicionales, los broligarchs se presentan como los “héroes” que pueden arreglar el sistema. Pero, en realidad, están utilizando esa insatisfacción para crear un modelo que los beneficia a ellos, mientras debilitan las instituciones democráticas que deberían proteger a la mayoría.
Este fenómeno no es exclusivo de Estados Unidos. Los broligarchs están exportando su influencia a otros países, mezclando su dinero y tecnología con políticas autoritarias. Al igual que los oligarcas rusos de hace décadas, están utilizando sus recursos para cambiar las reglas a su favor. La diferencia es que ahora lo hacen a través de productos y plataformas que se han vuelto indispensables en nuestra vida diaria.
Lo preocupante es que, mientras el gobierno de Estados Unidos aumenta su presupuesto para enfrentar amenazas externas, como el terrorismo, no hay regulaciones claras para controlar a esta élite interna que está acumulando tanto poder.
El ascenso de los broligarchs plantea una pregunta seria: ¿Qué pasa cuando los multimillonarios no solo influyen en la política, sino que también crean las reglas? Si continúan acumulando poder sin límites, las instituciones democráticas podrían debilitarse aún más, dejando a la mayoría de las personas con menos voz y menos opciones.
Este momento es crucial. Es hora de que los ciudadanos y los líderes piensen en cómo proteger las democracias frente a este tipo de concentración de poder. No se trata solo de riqueza; se trata de cómo los valores fundamentales de la democracia pueden sobrevivir en un mundo donde una élite lo controla casi todo. ¿Estamos listos para enfrentarlos?
El Mtro. Gonzalo Manrique Ávalos es catedrático de la Escuela de Derecho y Asuntos de Gobierno de Pacífico Universidad, así como de la UABC.
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