TEXAS.-La Selección Mexicana volvió a sufrir, pero ahora pudo controlar un poco más a su rival que hace tres días, cuando Uruguay humilló al Tricolor, pero ante Brasil la realidad fue distinta.
Pese a que los dirigidos por Jaime Lozano iniciaron el partido perdiendo, poco a poco lograron estabilizar el encuentro y se vieron mejor en el terreno de juego, sumado a que los sudamericanos dejaron de presionar como en un inicio.
México volvió a demostrar que su cambio generacional está costando más trabajo de lo esperado y que su participación en Copa América podría ser complicada si no mejora en los próximos días pese a que ya no tiene partidos amistosos.
Durante la primera mitad, Brasil fue dueño de la redonda en los primeros 15 minutos, pero posteriormente la Selección Mexicana comenzó a nivelar el cotejo y a cerrarle las líneas a Brasil.
En los 45 minutos de inicio, el juego dejó de ser atractivo y se convirtió en un partido que no tenía peligros en ambas porterías, pero para la parte complementaria el encuentro fue un poco distinto.
Lo malo para el Tricolor es que empezando el partido en su parte complementaria, Brasil volvió a hacer presente en el marcador y puso a temblar a Jaime Lozano, quien cada que las pantallas lo grababan lucía preocupado y con la mano en el rostro.
Los minutos pasaron y Brasil volvió a dejar de pelear pese a que comenzó a meter a sus jugadores titulares, pero México logró el descuento al 73’ gracias a una gran jugada de Alexis Vega y un disparo importante de Julián Quiñónes.
Cuando parecía que el resultado finalizaría a favor de Brasil, apareció Guillemo Martínez y tras un cabeza y después un cotraremate del delantero de los Pumas para igualar la pizarra ante un Brasil que lucía confiado.
Todo apuntaba a que Jaime Lozano y sus jugadores lograrían un valioso empate ante Brasil, pero de nueva cuenta un descuido de la defensa y de Edson Álvarez, Endrick aprovechó y al minuto 96 puso el tercero y con él la victoria de la Canarinha.